Hay una etiqueta que se usa como un insulto de parte del Presidente, de la candidata presidencial de Morena y de los morenistas en general.
Esa etiqueta es PRIAN. Dicen: “Los del PRIAN” o “La candidata del PRIAN”, como si escupieran, como si dijeran “Los de la mafia” o “Los de la alcantarilla”.
Luego de muchos titubeos al respecto, finalmente, en el debate del domingo pasado, la candidata presidencial de la oposición Xóchitl Gálvez dijo, con toda claridad, sin ninguna reserva, que sí, que era la candidata del PRI, del PAN, del PRD y de millones de ciudadanos.
Los titubeos previos de Xóchitl son explicables. Si alguna demanda “ciudadana” impolítica e ilusoria hay entre muchos de sus seguidores, es que Xóchitl rompa con los partidos de los que es candidata.
Trataré de explicar mañana, con algunos datos, por qué esa es una petición impolítica e ilusoria. Diré ahora sólo que esos partidos son el piso electoral sobre el que está parada la candidatura de la oposición. No puede ganar sin ellos.
Pero voy a otra cosa. Una vez que Gálvez asumió con claridad y empatía su vínculo con el PRI, el PAN y el PRD, creo que podría empezar a preguntarle a Morena qué quedaría de Morena sin los tránsfugas del PRI, del PAN y del PRD que tan olvidadizamente militan en sus filas.
¿Qué quedaría de Morena sin los expriistas, los expanistas y los experredistas que ahora escupen contra el PRIAN?
Hasta donde puedo recordar, no quedarían el Presidente, ni la candidata a la Presidencia de Morena, ni sus senadores, ni sus diputados, ni sus gobernadores, ni la inmensa mayoría de sus candidatos de hoy.
Quedaría nada o casi nada.
La realidad histórica es que cuando los morenistas dicen “Los del PRIAN” como si escupieran, escupen para arriba.
Con un agravante: han hecho un gobierno peor y más corrupto que cualquiera de los del PRIAN o el PRD.
Para muestra un botón:
El mayor escándalo de corrupción documentado de Peña Nieto fue la estafa maestra, por 6 mil millones de pesos. El mayor escándalo documentado de Morena es Segalmex, por 16 mil millones.
